Manuel Valdivia Rodríguez
En este domingo 4 de mayo, la TV5 Monde transmitió durante más de una hora una parte del programa “Tous prêts pour la dictée” (Listos para el dictado) que, hasta donde he averiguado, es un programa de apoyo a los estudiantes franceses que postulan a un diploma de su lengua, el cual exige, para conseguirlo, manejo de redacción, ortografía y lectura con un fuerte conocimiento de la gramática. Lo que se vio en TV5 fue una sesión de dictado de un texto con propósito de poner bajo la lupa el manejo de la ortografía y el conocimiento de la gramática franceses por parte de un grupo de postulantes al diploma.
Pecaría de entrometido si intentara opinar sobre el diploma y sus exigencias y sobre la estrategia francesa; pero quiero aprovechar lo que vi para hacer algunos comentarios cuyo contenido podría ser útil para nuestro trabajo en la EBR de nuestro país, en el área de Comunicación.
SOBRE EL ACTO DE ESCRIBIR
La cámara de TV5 Monde mostró a jovencitos, unos de más de quince años, otros hasta casi veinteañeros, y también a personas adultas jóvenes (supe después que eran docentes de lo que equivale a nuestra secundaria).
Refiero este detalle porque se veía a los participantes escribiendo lo que les dictaba un locutor, y se apreciaba, en consecuencia, el gesto de sus manos. Las personas mayores y varios de los jóvenes sostenían el bolígrafo como se debe, con el pulgar y el dedo medio, usando el índice como apoyo, y, además, teniendo la muñeca bastante distendida; en cambio, la mayoría de los adolescentes sostenían el bolígrafo con variedad de modos incorrectos. Un modo era sujetando el bolígrafo con la base del pulgar, el dedo medio y el anular, y el bolígrafo apuntando hacia adelante o hacia arriba, con la mano en puño casi como si se quisiera clavar un punzón en una superficie que se resiste. Así varios; y otros con modalidades distintas.
Esas maneras tan incómodas de sujetar el lápiz o lapicero derivan en “mala letra” y una fatiga muy pronta a aparecer. Es seguro que, al terminar de copiar el dictado, los primeros que he mencionado terminaron con la mano poco cansada y con una escritura legible; en cambio los segundos, antes de terminar el dictado ya estarían molestos, fatigados, y hasta con dolores en la muñeca y los dedos. Es claro que los adolescentes que vi no recibieron de niños orientación de cómo sujetar el útil escriptor y ahora ya tienen un hábito que, a su edad, será imposible de corregir. Es probable que los adultos que escribían con un gesto mejor vivieron una época escolar en que todavía se orientaba la buena postura al escribir y la manera como debían tomar el lápiz.
Creo que pasa lo mismo entre nosotros. En la educación inicial, ya en cinco años, los niños han dibujado y pintado con plumones y crayolas, que se sujetan como una tiza, y comienzan a ejercitar el trazo con lápiz de grafito. En este pasaje debieran aprender a sujetar el lápiz ya como se debe hacerlo para escribir. Sus manitas son dúctiles y aprenden el gesto correcto, aunque esto depende de la orientación de sus docentes. Y si no, en educación inicial, esto debe hacerse en el primer grado de la educación primaria. ¿Se hace así?
SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA ORTOGRAFÍA
La etapa del programa de preparación mostrada en la TV5 Monde consistió en el dictado de un fragmento de una novela (“Sur les chemins noirs”, de Sylvain Tesson, 2016). Un locutor, exponía el texto, oración por oración, y los participantes lo copiaban.
Es posible imaginar que los participantes leyeron antes la novela y examinaron el texto poniendo atención a los lugares donde podía haber una dificultad ortográfica.
Pero ¿hacer el intento de mejorar la ortografía a partir de textos literarios es un procedimiento recomendable? Tal vez esa es la opción del sistema francés. Para nosotros no lo es o no debiera serlo. Me explicaré.
Por lo pronto, debe interesar que los estudiantes escriban correctamente las palabras que emplean en su escribir cotidiano, que no es precisamente un escribir literario. Toda persona debe escribir sin errores las palabras de su vocabulario activo. En la escuela primaria, que es el lugar donde se debe alcanzar esta meta, se puede aplicar muchos procedimientos para conseguirla sin tener que corregir innumerables escritos de los estudiantes. Hay formas eficientes de hacerlo, pero no es este el lugar para presentarlas.
Hay algo más, que debe producirse a medida que los escolares avanzan en su escolaridad. Los estudiantes comienzan a manejar términos de los distintos campos disciplinares. En otras palabras, comienzan a adquirir léxicos de la especialidad. De esta naturaleza son palabras y frases como ‘período histórico’, ‘rey y reina’, ‘gobierno’, ‘legislación’, etc., o ‘células’, ‘sistema circulatorio’, ‘presión arterial’, etc., o `desertificación’, ‘picos o nevados’, o ‘napa freática’, etc.; o ‘zona ecuatorial’, ‘amazonía’, ‘riqueza natural’, ‘recurso económico’, ‘explotación racional’; o, etc. ,etc., etc. Términos como estos -y todos en general- se aprenden primero como unidades de contenido y se almacenan en la memoria semántica; solo conociéndolos así, se avanza a su pronunciación, a su ortografía, a su empleo.
Esto que acabo de decir tiene soporte teórico: el aprendizaje de vocabulario es eficiente si el sujeto lo escucha en contextos orales o lo ve en textos que lee, pero necesita conocer u pronunciación (escuchar a otros o escucharse a sí mismo), necesita escribirlo, pero no en el celular o la computadora, sino en forma manuscrita, necesita emplearlo. No aprende si lo encuentra al paso que lee sin hacer alguna práctica. La lectura de un texto literario se hace para disfrutarlo; la lectura de un texto académico se hace para comprender algo y para aprender, no para mejorar la ortografía.
En fin. Estoy sobrepasando los límites de una nota y no puedo llegar ahora a lo que sería un capítulo de pedagogía. Habría más cosas que decir, disparadas por el visionado de un evento de televisión como el que impulsó estas líneas. Pero basta por hoy. Sólo quiero terminar expresando mi envidia: en nuestro país tal vez no se verá un programa educativo como el emitido por la TV francesa. Somos como somos.
04/06/23