Manuel Valdivia Rodríguez
1.- En la década de los 80 era muy empleado en Perú un método para la enseñanza de la lectura organizado en unidades, cada una de las cuales era dedicada a la introducción de una grafía. Cada unidad comenzaba con el reconocimiento de una palabra clave en la cual era empleada la grafía por aprender. Esta palabra era “leída” y luego descompuesta en sílabas. A partir de una de ellas, aquella que contenía la letra que iba a ser trabajada, se formaba la familia silábica. A continuación, con las sílabas de la unidad y de las anteriores, se construía oraciones para ser leídas por los niños. Así, por ejemplo, en una unidad dedicada a la ‘s’ se partía generalmente de la palabra ‘sapo’, que contenía la nueva grafía, la ‘s’, y una grafía conocida anteriormente: la ‘p’. A partir de ella, de ‘sa’, se formaba la familia silábica: ‘sa’, ‘se’, ‘si, ‘so’, ‘su’. Con esas sílabas y las ya conocidas era fácil llegar a nombres (‘oso’, ‘asa’, ‘pesa’, ‘pasa’), a formas verbales (‘usa’, ‘pasa’, ‘pisa’) e incluso a palabras funcionales (‘esa’, ‘ese’). Ya con todo ello, los niños podían leer oraciones: “ese oso pasa”, “esa papa pesa”, etc. Lee el resto de esta entrada »