ANTE EL DECESO DE EMILIA FERREIRO es oportuno citar a José Martí: “Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje digno de las grandes naturalezas y grato a ellas”. Así tendría que ser.
Ya no se escuchará sus palabras, siempre estimulantes, innovadoras, retadoras; pero quedan en la obra escrita que recoge su pensamiento expuesto en muchos escenarios. Allí se mantendrán, esperando latentes. Y recuperarán su vitalidad mientras haya, no digo seguidores sino maestros y especialistas que las estudien y las cultiven.
Como toda obra de pensamiento hay en la suya ideas germinales, que no esperan ser citadas en tesis, ensayos y artículos de periódico. Fueron expuestas para inspirar acciones concretas. Porque Emilia Ferreiro no habló para la academia. Habló para todos quienes en esta nuestra América morena asumen la decisión de hacer algo por mejorar la educación de nuestros niños y adolescente, que siempre estuvieron presentes es su espíritu.
MVR/28-08