LA NARRACIÓN ORAL EN APOYO A LA LECTURA

junio 22, 2015

Manuel Valdivia Rodríguez

Tres elementos sinérgicos

Como es natural, el progreso de la lectura depende del desarrollo de las capacidades que va formando el lector. Pero además depende de otros dos factores: de la riqueza de las experiencias y conocimientos que adquiere la persona y de la riqueza de su lenguaje. Mientras mayor sea una y mejor sea el otro, la lectura será más eficiente. Pero como la lectura retribuye el servicio alimentando a su vez el conocimiento y el lenguaje de la persona lectora, se produce un complejo de tres elementos sinérgicos entre ellos:

  • Lenguaje
  • Lectura
  • Conocimiento

Un énfasis en la lengua oral

Sobre todo en los primeros grados de la educación primaria y con miras a fortalecer el lenguaje de los niños, se necesita poner un especial énfasis en el enriquecimiento de la lengua y de su empleo en forma oral. Esto es así porque se trata de conseguir en la escuela un nivel mayor en el lenguaje de los niños. Explicaremos esto que acabamos de decir.

Los niños que recibimos en el primer grado han sido protagonistas de un hecho asombroso que sucedió en los años anteriores: se han apropiado de la lengua. Han conseguido esto al punto de que casi poseen ya lo esencial de su gramática, han logrado asimilar su fonología y tienen un léxico apreciable. Poniendo en obra mecanismos que la ciencia apenas consigue explicar, los niños han constituido lo que será su lengua materna. 

Presenciando lo que sucedía en su entorno, escuchando a sus parientes, intentando ellos mismos comunicarse con los otros, han logrado hacer suya el habla de su hogar. Pero es eso: es el habla de su hogar, es decir el habla para las relaciones familiares, para a expresión de lo que se ve alrededor, para el vivir cotidiano. Para todo esto el habla de los niños es suficiente; pero no lo es para las necesidades de la vida escolar. En la escuela, el niño tendrá que emplear un vocabulario nuevo pocas veces usado en la casa como es el vocabulario propio de las áreas curriculares y formas gramaticales rara vez empleadas en el hogar y sin embargo indispensables para la comprensión de  nociones nuevas para él. En la escuela, el habla del niño se va transformando, va siendo otra, no diremos mejor, pero sí diferente del hablar hogareño.

Un trabajo sistemático para el enriquecimiento del habla de los niños

El proceso de expansión del habla infantil se produce especialmente con el uso oral de la lengua, con el hablar y escuchar.  Solo después recibirá la contribución del uso escrito, pero bastante después. En el fondo, todo enriquecimiento debe ser primero y ante todo oral. 

Hay un conjunto de actividades que favorecen el desarrollo del habla de los niños escolares y muchos maestros las llevan a cabo en sus aulas. En el programa AVANZA LESTURA recuperaremos varias de ellas, procurando explicar sus fundamentos teóricos y su relación con la lectura, y mostrando cómo podrían ser ejecutadas de manera más sistemática. Queda a cargo de los docentes insertarlas en la programación del trabajo de aula, acomodándolas a las características y necesidades de sus niños. Por ahora, nos detendremos en una que debiera ser casi una actividad constante: La audición de relatos.

La audición de relatos en los primeros grados

El relato es la primera forma discursiva con la que entran en contacto los niños. A veces, un pariente mayor les relata cuentos, teniéndolos acomodados a su alrededor o ya acostados para dormir; en ocasiones hay personas que relatan historias, leyendas, sucesos, sueños como parte de una conversación de sobremesa, relatos destinados a los adultos pero que los niños comparten interesados. Como esas, hay múltiples ocasiones para que los niños escuchen relatos (salvo que la televisión haya copado su tiempo, fenómeno este que ha privado a la gente del saludable ejercicio de la conversación en casa).

Como el escuchar relatos suele ser una experiencia reiterada, los niños van formando el esquema fundamental de lo que es un relato (la superestructura del relato, diría Teum Van Dijk). Ese esquema, esa superestructura, se fijará en la mente infantil, en la medida en que los niños hayan tenido experiencias de audición de relatos, y a partir de entonces actuará incons-cientemente cuando el niño o la niña escuchen más relatos o tengan necesidad de relatar algo. Ese esquema mental del relato –como en general todo esquema[1]– servirá como un andamio para ir ordenando la información que proviene de los relatos, relativa a hechos y acontecimientos reales o imaginados y guardarla en la memoria[2].

Ya en el mundo de lo letrado, la posesión de un esquema de relato será un potencial para leer textos narrativos y para construirlos. Cualquier indicio preliminar que permita saber que lo que viene es un relato, activará el esquema, el cual  pondrá a la persona en disposición de entender del transcurso de los acontecimientos. En el caso del lector, la posesión del esquema –en este caso de la narración- le ayudará a ir adentrando en el texto con mayor seguridad y eficiencia.

Después, a medida que el estudiante avance en su escolaridad, el esquema básico inicial admitirá variantes, que serán bien manejadas si posee ya lo fundamental adquirido en los primeros grados. El manejo, ayudará a una mejor  la comprensión de enunciados conectores o datos temporales para ubicar mejor los detalles de lo narrado. Así, el examen de textos de historia, de relatos periodísticos, de noticias biográficas, etc. será si8n duda más productivo.

La narración en la escuela no es un mero instrumento de entretenimiento, sino un recurso de formación intelectual, como se puede ver, muy importante.

El esquema básico del relato

No es difícil aceptar que un relato tiene por lo menos tres partes:

  • Una presentación de la situación
  • La exposición del curso de los acontecimientos
  • La presentación del desenlace

Este es, entonces, el esquema de un relato, que llamaremos básico porque luego puede pasar por variantes que no lo cambian sino que lo complementan. Por ejemplo, la inclusión de descripciones, incisos, comentarios, etc.

Los relatos en los primeros grados de la educación primaria

En las aulas de educación primaria se suele manejar dos clases de relatos:

  • relatos de sucesos fantásticos (cuentos de autor y populares) y
  • relatos de sucesos verdaderos (sucesos históricos, hechos biográficos, anécdotas, noticias. Entre estos últimos podemos incluir, por razones de tratamiento intercultural, las leyendas, los mitos y tradiciones).

Esta clasificación es propuesta sólo con fines de didáctica. Los relatos fantásticos deben ser tratados de modo muy diferente que los relatos de sucesos verdaderos (Este tratamiento será expuesto en un próximo envío del programa).

Los relatos fantásticos deben tener una fuerte presencia en los primeros grados, debido a múltiples razones: entretenimiento, motivación para otras actividades, educación de la atención y del comportamiento en aula, etc. Para efectos de fortalecimiento de la lectura, los relatos de este tipo son medios importantes para la formación del léxico infantil.

Los relatos de sucesos verdaderos cobran importancia a partir del tercer grado, pues en lo que resta de la escolaridad serán parte de actividades de las áreas de ciencias sociales y aun en las de ciencias naturales. A partir de este momento son útiles para la construcción de conocimiento y para los efectos del fortalecimiento de la lectura son, como se dijo antes, un recurso para la conformación de los esquemas o superestructuras del relato.

Trabajo previo del docente

  • Seleccione usted las narraciones de sucesos reales que utilizará en el aula durante las semanas venideras. Ubique los relatos que va a presentar como parte de su programa de Personal Social. Puede tratarse de sucesos históricos (Por ejemplo, la batalla de Arica, la proclamación de la independencia, el primer viaje de Colón, el primer vuelo espacial a la Luna, etc). ; puede tratarse de sucesos legendarios Por ejemplo, la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo, la de los hermanos Ayar); o míticos, especialmente los que forman parte de la cultura local; o de la historia reciente (por ejemplo, la historia del distrito, la construcción del puente X, etc.)
  • Igualmente, seleccione los relatos de sucesos fantásticos, lo que puede ir desde La Cucarachita Martina o Pinocho hasta las tradiciones y relatos de su pueblo).
  • En la víspera de hacer la narración revise sus fuentes para tener la seguridad de que conocen bien el relato y de que podrá presentarlos con solvencia a los estudiantes, sin vacilaciones ni olvidos. Asegúrese de conocer el significado de palabras clave. En el caso de la historia de Colón, por ejemplo, es importante saber qué es una carabela, o tratándose de la batalla de Arica conocer la diferencia entre batalla y combate. Los niños pueden sorprendernos con preguntas que no imaginamos, y hay que poder responderlas.
  • Tratándose de relatos de sucesos reales, asegúrese que conoce los detalles suficientes para que calcen en la superestructura del relato.

[1] En el siglo XVII, el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804) sostenía que el ser humano cuenta con predisposiciones mentales innatas que le permiten integrar y ordenar los datos que provienen del mundo exterior. Una de ellas es la conformación de esquemas, idea propuesta por Frederic Bartlett y desarrollada después en los trabajos de Piaget, U. Neisser, D. Rumelhart, D. Ausbel. // Relacionada con esta proposición, se halla la teoría de Teum Van Dijk, que habla de las superestructuras textuales.

[2] Y servirá también cuando el estudiante tenga que ordenar la información que va a utilizar para construir por su parte algún relato.