Por Manuel Valdivia Rodríguez
Mario Benedetti no está más con nosotros: murió a los 88 años, en su país, en el presente mes de mayo de 2009. Él había escrito: «Es imposible retener el tiempo. No hay nada ni nadie que lo pueda frenar en su curso inexorable». Y así fue. Pero nos queda su obra escrita, y nos queda su pensamiento, que estará vigente en la medida en que le demos vida. Escribió poemas, cuentos, novelas, ensayos, dramas teatrales, artículos periodísticos; hizo lecturas públicas de su poesía, concedió entrevistas, pronunció conferencias, todo en el marco de una vida azarosa en la que fue perseguido muchas veces por las dictaduras que enlutaron la historia latinoamericana en las décadas pasadas. Esta dilatada obra que suma más de ochenta libros, muchas veces reimpresos y traducidos, está cruzada por algunas notas vertebradoras: el amor, que tiñe sobre todo su poesía; el desasosiego frente la injusticia social; la tenaz apuesta por la democracia; el pensamiento siempre apuntando a la América nuestra, como llamó José Martí a América Latina.